miércoles, 13 de febrero de 2013

Páginas malditas - Capítulo 2.2- Scutum


Seguía tirado en el suelo. No me podía creer lo que estaba pasando en ese mismo instante! En un corto plazo de tiempo casi me roban, decapitan y a la vez alguien que no sé quien es ni que quiere de mi me ha salvado! -exclamé para mis adentros mientras miraba a todos lados para identificar al arquero-

El escenario del suceso era muy completo. Diego de la Vega se encontraba tirado en el suelo, arrastrándose de un lado a otro para intentar enterarse de algo. Uno de los bandidos estaba tirado en el suelo, muerto, en un charco considerable de sangre. Y el otro bandido, el que era medio idiota, arrastrándose a la velocidad de un caracol cojo mientras suplicaba por su mísera vida.

- Según para quien podría ser una escena algo cómica-

De repente, alguien saltó desde la branca de uno de los árboles pegados al camino, dejándose caer con delicadeza contra el suelo.

Tienes que tener más cuidado, estos caminos pueden ser tan seguros como a la vez peligrosos – dijo ese hombre, mientras me extendía su mano para ayudar a incorporarme -
Ven, vamos a rematar esto – me dijo con la mirada fría - El arquero me llevó hasta el bandido, y me insinuó que acabase con su vida.
Pero, no puedo, yo no soy ningún asesino! –exclamé con valentía, sin pensar las consecuencias de mis palabras -
Estas seguro? Vas a dejar escapar a quien quería arrebatarte la vida?-me pregunto el hombre mientras miraba como el bandido se arrastraba como si de un gusano se tratase-
Yo no soy quien para decidir sobre la vida de nadie ni nada – dije confiado, pensando que hacia lo correcto y que Dios me lo pagaría-
Está bien, en ese caso márchate – le dijo al bandido mientras le daba una patada en el culo-
Y espero que no volvamos a verte por aquí!

El bandido, lentamente escapo por el bosque hasta que llego un momento que ya no se podía distinguir entra los arboles, las plantas y la nieve.

A todo esto…quién eres? Porque me has salvado?- pregunté tímidamente, no sabía del cierto las intenciones de ese misterioso hombre -
Bueno, simplemente vigilaba la zona, quería cazar algunos conejos para la cena. Tengo una cabaña cerca de aquí y esta zona es la que suelo frecuentar para conseguir lo que me llevo a la boca – dijo el arquero - Aunque, veo que llevas un buen cargamento… a donde te diriges?-Se le iluminaron los ojos mientras me miraba a mí y al carro de forma intermitente-

Pues... voy a Burdeos, soy un mercader de Barcelona y tengo algunos negocios entre manos…- dije con algo de desconfianza -
Burdeos? No sé donde está pero pinta bien, seguro que está lejos y no creo que quieras pasar solo todo el viaje no? Venga va vamos juntos – echo a reír a carcajadas, como si no hubiese matado a nadie hace un rato- yo no salgo caro tranquilo, además me debes la vida no? –seguido a esto, le dio la mano a Diego, y le presentó sus respetos- Después, fue corriendo hacia el carro  saltó encima de la paja y se acomodó para el viaje.
Vamos! Que haces allí parado? Lo vamos a pasar en grande, va ven!-dijo entusiasmado- Por cierto, mi nombre es Telmo! - añadió, intentando ganarse la confianza de Diego -
Eeh, si si vamos - me dirigí al carro - Mi nombre es Diego - dije concluyendo la conversación -

En poco menos de una hora, sumado a que unos desconocidos casi me matan, tengo a otro desconocido que podría ser tan peligroso o más que los otros, tirado en la parte trasera de mi carro y durmiendo la siesta. Esto es de locos! -me dije mientras avanzaba por el aparentemente tranquilo camino.


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