miércoles, 19 de diciembre de 2012

Páginas malditas - Introducción-0.4

Dejé la ropa sucia encima de un taburete, ocultando la nota entre ella.
Calenté el agua y me puse dentro de la bañera. Se me fue el santo al cielo, pensando el contenido de la carta. No tenía ni idea de cómo podría haber llegado hasta mi bolsillo, y sin darme cuenta...
No sabía si interpretarlo como una advertencia o una amenaza.
Por culpa de la nota estuve debatiendo si, debía viajar a Burdeos, o no.

Al rato, me decidí y no perdí tiempo. Aún desnudo y algo mojado, fui hacia mi alcoba. Saque un baúl que tenia debajo de la cama y lo abrí. Hacía años y años que estaba olvidado pero creo que era el momento perfecto.
Saque su contenido, lo desenvolví de la manta que lo conservaba y lo analicé. Estaba en perfecto estado.
Era una espada larga, herencia de mi difunto padre. Siempre la llevaba consigo, ya que el oficio de mercader, aunque no lo parezca, es muy peligroso.
La cogí con una sola mano, ataqué a la nada, viendo como me desenvolvía con ella. Tenía suerte te tener el mismo físico que mi padre, por eso, parecía una extensión de mi propio brazo.
La empuñadura de piel, envuelta con unos alambres para mantenerla prieta.
La hoja era doble, reluciente y aun afilada. Lucía una inscripción justo antes de la empuñadura que decía así:
opes, est potentia

Dejé una nota encima del mostrador informado a Roldán que le dejaba la importante tarea de llevar mi comercio durante el tiempo que estuviese de viaje.
Preparé
a fortuna, cargue el carro de víveres, para mi y para mi caballo. Escondí varios cofres llenos de croats y el paquete que me "confiaron" en un falso suelo del carro. Me vestí con mi ropa mas cómoda y até la vaina de la espada a la cintura. Ya estaba preparado para salir. 


Leí de nuevo la nota, que, aunque escueta, tenía un amplio significado.
Por la noche no hay luz que gane a la oscuridad en los caminos dominados por él.
Cada vez que leía esta maldita nota, una sensación bastante desagradable me recorría todo el cuerpo.
Me la guarde y emprendí mi largo viaje.


Estaba en la calle principal, el sol se situaba en lo alto del cielo. Pronostiqué que tenia unas 6 horas de luz hasta llegar a alguna posada para los viajeros.
 
Por la noche, en el barrio Judío...

Abraham - Cómo? no puede ser, porqué no me has avisado criatura, no imaginas la magnitud del peligro que conlleva lo que me estás contando. Esa nota era falsa! No hay ningún negocio en Burdeos para él. Maldita sea niño, avisa a la guardia, RÁPIDO!
Salí corriendo hacia la tienda de Diego de la Vega. Era de noche y las calles estaban plagadas de borrachos como poco.
Llegué, llamé a la puerta y nadie contestó. Me acerqué
a los establos y vi lo que más me temía.
Ni fortuna ni su carro estaban, era tarde para hacer nada, ya se había marchado...




2 comentarios:

  1. Que emoción!! A ver que tal es el capítulo 1 jejeje estoy ansioso por leerlo

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  2. Abraham conseguirá frenar este engaño? que contiene ese paquete?
    Y no olvidéis el hombre que tubo un encontronazo en pleno día con Diego de la Vega.

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