miércoles, 9 de enero de 2013

Páginas malditas - Capítulo 1.2-Opes, est potentia

Hace un día estupendo para emprender un pequeño viaje-me dije entusiasmado-
Diego de la Vega avanzaba tranquilamente por el camino de tierra mientras observaba los alrededores.
Los arboles y el suelo vestían el blanco. El camino tenía un color grisáceo, fruto de la mezcla entre tierra y nieve. Algunos pájaros cantaban y algo de verde se podía distinguir entre la nieve. Parecía que este frió invierno empezaba a tocar su fin. Lo único que se escuchaba por el camino era el suave trote de Fortuna contra el colchón de nieve y el crujir de la madera de mi carro por causa de la humedad y el frío. Como en el camino había muchos tramos totalmente rectos decidí volver a mirar la nota... La leí y la releí como cien veces. -Maldita sea, no consigo entender nada, quien es él? y porque tengo yo esta nota...-pensé preocupado, evadiendo la tranquilidad que emanaba la tranquila travesía.


Pasaron las horas y al fin llegué a una pequeña posada de camino. Dejé a Fortuna en el establo que, aunque estaba un poco destartalado, haría su función esta noche.
La posada era pequeña, tenía un piso y observé como algunas habitaciones no tenían las ventanas cubiertas. -espero que no tenga que pasar la noche en alguna de estas, en ese caso me congelaré-

Me acerque a la pequeña puerta maciza y, con un pequeño esfuerzo, conseguí entrar.
Posadero - Mariaaaaaa, corre ven, tenemos un cliente! 
María - Espera que me vista! en qué momento ha tenido que venir dios mío.
Diego de la Vega - Buenas noches señor, me gustaría cenar algo y alojarme esta noche aquí si fuese posible. He dejado mi carro aparcado en el establo.

Posadero - Perfecto, estamos solos en la posada así que puedes escoger la única habitación que tiene ventana. Dejar tu carro en el establo no es muy buena idea chico, no está en buenas condiciones y si esta noche nieva solo Dios sabe que puede pasar! -exclamó con tono burlesco-
Diego de la Vega - Bueno, esperemos que no pase nada. Le pagaré 10 Croats de plata si me vigila el carro esta noche.
Tabernero - 10 Croats de plata? María, prepara la mejor mesa para este señor. Y saca el vino de Castilla que tenemos en la bodega-exclamó con ahínco-
Me senté para comer. Me fije en el interior de la posada y, aunque el paso de los años era evidente en su estructura  me sentía como en casa.
Después de comer unas morcillas acompañadas de las ultimas costillas de la matanza del cerdo (o eso decía la mujer del posadero) me dirigí a la habitación.

Era muy pequeña, lo justo para la cama y dejar la ropa a un lado.
Coloque la ropa con cuidado, escondiendo la espada entre ella, y me tumbé en la cama. Encendí la pequeña lámpara de aceite que había en la pared y me dispuse a ojear el dichoso libro.



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